sábado, 8 de enero de 2011

El club de las esposas perfectas


El barrio en el que vivo ahora se divide en dos categorías, el de los abuelos tomadiezcentimos y los matrimonios rubiamechas.

Un vecino como este haría más divertido el barrio

El nombre es esclarecedor, pero si os lo explico un poco mas mejor. Esta casa pertenecía a una abuela centenaria, de esas que le dan diez céntimos a los nietos de cuarenta años cuando las van a ver. El barrio está petado de abuelos de los que te dicen bondieee (buenos días) o deuvusguaaar (en castellano viene a ser que dios te guarde, en según qué zonas se utiliza bastante). Son los abuelos forrados, de esos que preguntan cuánto vale algo y ya llevan contado en la mano lo que les respondas. Estos de aquí están en su mayoría forrados. El único que conozco tiene tres o cuatro naves industriales alquiladas que yo sepa.

Por otra parte están las rubiamechas con sus maridos. Las mujeres siempre van elegantes, pero informales y sus maridos llevan gafas. Todos sacan a pasear a su perro en algún momento del día, porque todos tienen perro y los domingos por la mañana todos van a comprar el pan en chándal.

El primer sábado que me desperté aquí me levanté para ver cómo estaba el patio, había llovido y quería ver si los desagües iban bien. Miré a mi alrededor y vi a varios tipos con batín de playboy haciendo lo mismo que yo en sus patios.

Es cuestión de tiempo que me borden la letra escarlata, pero me la pela, lo que nunca conseguiría es ser como ellos.

Seguiremos contando.

3 comentarios:

  1. Pensaba que era cuestión de tiempo que te bordaran el batín...jajaj.

    Un saludo!

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  2. buf!!! espera que llegue el verano y empiecen las barbecues

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  3. suerte en el nuevo barrio jaja la necesitaras

    un saludo Dr

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