miércoles, 29 de julio de 2009

La responsabilidad de la iglesia en la violencia de género


Hombre visiblemente perjudicado planteándose el divorcio.

Si existe culpable de la violencia de género, es sin duda la iglesia católica.

Dicho así suena salvaje, pero es tan cierto como que amanece por la mañana.

Está demostrado que la mayoría de los hombres que matan a sus mujeres son creyentes. Señores mayores, sudamericanos devotos, musulmanes (de estos no hablaremos) y demás son los que pelan a la mujer a la primera de cambio.

¿Los motivos? Solo uno y muy claro. Los creyentes el día que se casan hacen una promesa ante dios, el cura lo deja suficientemente claro:

Hasta que la muerte os separe.

La frase deja claras varias cosas, una, que en el cielo se tiene que renovar contrato. Seguro que es frecuente el viudo o y viuda que llega al cielo y su pareja, muerta hace años, le recuerda que en la boda quedó especificado la finalización de contrato en el momento de la muerte de uno de los dos, por lo que técnicamente vuelven a ser solteros, ni clausula de recisión ni pollas.

La segunda cosa que está clara es que en caso de conflictos en la pareja del tipo “anda y que te aguante tu puta madre”, el divorcio no es una opción válida. Un creyente, nunca romperá su palabra ante dios, por lo que habrá que aferrarse al contrato, recordad la clausula:

Hasta que la muerte os separe.

Esto deja pocas opciones :

A- Tragar. Aguantar lo que se pueda, que es mejor opción que las dos siguientes. A veces es imposible, pero es la menos mala.

B- Pelar a la mujer. Técnicamente es una finalización de contrato poco ética, pero eficaz. No se rompe la promesa ante dios y seguro que tiene una penalización dura, pero temporal. Algo así como diez años de suspensión.

C- Suicidarse. Coherente pero penada por la iglesia con la eternidad en el purgatorio. La mayoría de los maltratadores dicen que antes de suicidarse pelan a la mujer y listos.

Ante semejante problemática, se me ocurre una opción la mar de válida: Modificar el contrato, eliminar la parte de hasta que la muerte os separe por un hasta que creáis conveniente. Esto solucionaría todos los dilemas religiosos y salvaría un montón de vidas.

Es evidente que al clero se le ocurrió la idea, por lo que crearon una licencia especial, la de la anulación, que pagando se puede adquirir en cualquier establecimiento autorizado. Sale extremadamente cara, por lo que interpretamos que será una substanciosa fuente de ingresos de la iglesia, algo así como las multas de tráfico con puntos desconocidos, resulta evidente que la iglesia no tocará ni una sola coma.

Recuerden: Si quieren casarse, que no sea por la iglesia. Si las cosas van mal habrá problemas

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