La señora menstruación.
Hay cosas que me intrigan mucho, preguntas que me hago cuando veo anuncios. ¿Por qué todas las mujeres tienen problemas para ir al lavabo? ¿En serio a las mujeres mayores se les escapa el meo? ¿Por qué los mejores culos salen en los anuncios de cereales?...
Pero hay una que me tiene en un sin vivir. La percepción del mundo de las mujeres con menstruación.
Existen varios tipos de anuncios de compresas, los clásicos, los de la prueba, que se hacen con sangre de la realeza, se pone en una compresa sangre azul, mucho más líquida que la de los humanos normales y se muestra como el dichoso trapo absorbe una garrafa entera sin cambiar de color, la mala en seguida rebasa.
Después están los de las tías buenas, suelen ser de tampones, y se ven tipas tremendas que se van a la playa sonrientes. De estos deducimos que las mujeres con menstruación gustan de bañarse en la playa sonrientes, creo que para hacer de reclamo a los tiburones, que huelen la sangre al kilómetro.
Existen algunos de famosas que hablan, son deportistas o modelos o cosas por el estilo y siempre hablan con las piernas abiertas.
Pero los definitivos son los psicodélicos, los que muestran colores vivos, ver estos anuncios mucho rato puede dejar ciego, las mujeres salen por sitios de colores y tienen aventuras la mar de gilipollas, como ir montadas tres en una mula y estupideces por el estilo.
De estos anuncios concluimos que.
-las mujeres con la menstruación suelen tener ganas de ir a la playa con el novio.
-Las mujeres con menstruación son daltónicas-
-Las mujeres gustan de aventuras absurdas cuando tienen el periodo.
-La realeza menstrua por litros.
Tres señoras asiáticas con el problema de la menstruación superado.
Pero viendo la realidad, yo creo que el anuncio perfecto sería el de una mujer que le pega una puñalada al kiosquero por darle el cambio en monedas de cincuenta céntimos, va a la cárcel y una vez se le va el periodo, suelta algo como:
-He tenido una mala semana, pero por lo menos la compresa me ha aguantado.
Todo esto acompañada por presidiarias que se están haciendo las uñas y están menos buenas que la protagonista, justo antes de irse a comprar zapatos en la boutique de la cárcel custodiada por unos maromos tipo Brad Pitt.
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