Superheroe cuarenta años después.
Hoy pensaba en el título de la canción del otro día y pensé que no era mala idea.
Si Jesús tuviera que volver, mejor sería que se fuera despidiendo de ir en chanclas predicando la palabra del señor. Tenemos la experiencia de los testigos de Jehová. Actualmente sabemos que un tipo sonriente en una puerta quiere algo de ti, los únicos desconocidos que son bienvenidos son los que vienen para leer los contadores. A estos solo les espera un portazo en las narices, un jubilado aburrido con ganas de hablar o un perro hambriento.
El tema del telepredicador está también muy explotado, por lo que no sería útil. Además, la cantidad de parásitos que salen en esos canales de tele no creo que le dejaran un programa en horario nocturno, la verdad. El crédito sería también un tema espinoso. Actualmente tenemos magos que hacen desaparecer aviones, atraviesan cristales sin romperlos y cosas por el estilo. El tema está muy trillado, se debería pensar en otra cosa.
Capitán-Halcón-América- en la playa.
Si pienso en poderes sobrenaturales, en alguien que está por encima de los humanos, en otro estado de existencia, solo me viene una cosa, los superhéroes.
Debería empezar con los macarras de su barrio. Dejarlos colgados de una farola, atados con su supercuerda celestial, ir montado en su Cristocar cuando tuviera que llevar a alguien y que volara caminando por los aires mientras creaba una capa de agua bajo sus pies. Como arma podría usar el hulahop ese que llevan todos los santos en la cabeza. Podría ser algo así como un boomerang energético.
Tres ancianas capturadas por los neumáticos voladores de un superhéroe.
Eso sí que funcionaría. También podría tener un golpe final, algo así como el turbo de los videojuegos, el juicio final se llamaría, que el suelo se abriera y se viera el infierno. Unas manos muertas atraparían al malvado y se lo llevaría entre gritos. Como gesto identificativo, Superchrist se podría santiguar al final del combo entre aplausos de los feligreses.
El supervillano es evidente quien sería, el anticristo, con poderes demoniacos y conocedor del punto debil del héroe. Yo me decantaría por algún tipo de substancia al estilo de la kriptonita, se podría llamar roca infernal o algo así, el anticristo cargaría su pistola con balas que tuvieran la punta enriquecida con roca infernal. Sería cojonudo.
El supervillano de Superchrist explayándose.
Superchrist debería tener una identidad secreta para poder descansar los fines de semana, así entre semana estaría más fuerte para repartir hostias. Voto por un concejal del PSC. La gente jamás creería que semejante capullo podía ser Superchrist.
Se me ocurren más supervillanos, Dr. Judas disparando monedas de plata, Caín con su quijada de mula de electrones, Pilatos con su agua radioactiva, Musul man con sus aviones explosivos (este está muy explotado… cierto).
Algún ayudante podría aparecer, como Noe, con su arca a lo Silver Surfer, Abraham con su machete detector de la inocencia, Gabriel con su trompeta de ondas sónicas, o María Magdalena, con unas mallas bien apretadas.
Puede parecer una frivolidad, pero seguro que funcionaría. Se recuperaría la fe, que está muy baja últimamente.
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