martes, 27 de octubre de 2009

El día que nos hartemos o yo soy la justicia



Me encanta escuchar a la gente quejarse mientras traga.

Hoy he estado viendo lo de Santa Coloma y me meaba de la risa viendo a la gente celebrando que los encierran.

Ciudadano que acaba de ver su cartilla del banco.

También he escuchado a un montón de gente hablando de una revolución, que si se va a montar un buen pollo, que no van a dejar títere con cabeza, todos sacando el ejemplo de la revolución francesa y demás.

Yo a toda esta gente, solo les quiero decir dos palabras:

Ilusos y fantasmas.

Ilusos porque estos desgraciados se pasarán dos o tres años durmiendo en la cárcel más protegidos que el Papa en Irak. Un par de años y los soltarán, cavarán un agujero del que sacarán una bolsa llena de billetes y vivirán lo que les quede de vida riéndose del mundo, en especial de los gilipollas que les increparon y que pagaron su jubilación. Se nos mean en la cara y vivirán de ello el resto de sus vidas. No seáis ilusos. No veréis más ese dinero que os han quitado en impuestos y estos cerdos vivirán de robaros.

Políticos jubilados. Nunca sueltan el maletín, por si acaso.

Fantasmas porque el día que parezca que puede haber algo parecido a una revolución, subirán los sueldos doscientos euros y bajarán un pelín los tipos de interés. Los mismos capullos que ahora agitan los puños amenazando con matar al que se ponga por delante, correrán como idiotas a un concesionario para comprar un Audi y seguirán igual de empeñados que siempre. De puto culo para llegar a final de mes, pero conducirán un Audi. De hecho todavía se gastarán más en ruedas y cenando fuera, el estado todavía saldrá ganando. Van pelados porque son como son, tragan lo que tragan y se conforman con un quinto cuando se podrían llevar la caja de cervezas.

Banda de niñas dispuestas a dar la bienvenida a Tokyo Hotel. Dispuestas a tragar, vaya.

No lo olvidéis, jamás cambiará nada, porque siempre habrán abuelos en autocar con monjas de guía que votarán al PP, siempre habrán abuelas que dirán que el Felipe es muy bonico y Zapatero también, siempre votarán a las dos bandas de buitres que gobiernan este país guiados por los bancos.

Si protestáis mucho, os darán un caramelo, si protestáis muchísimo, un pastelito, pero jamás os dejarán entrar en la tienda de golosinas con dinero.

Y tragareis.

Como yo y como todos, como siempre ha sido y siempre será.

Patalead lo que queráis, pero tragad.

3 comentarios:

  1. Y ahí tenemos el ejemplo más fresco: Julián Muñoz. que si, si se habrá chupao sus dos o tres añitos en la cárcel pero la pasta no la ha devuelto y el chalet de la Panto tampoco y ahora está libre y viviendo de lo que apañó en Marbella de puta madre. Yo hace tiempo que ni pataleo...y creo que tambien voy a dejar de votar..

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  2. Cierto, pero la democracia tiene armas y debería usarlas. Los yankis lo tienen claro : Madof dormirá de puta madre en la cárcel, protegido como el Papa en Irak, pero morirá ahí dentro.

    Aquí debería haber algún mecanismo que permita expropiar hasta el último calcetín que puedan exhibir esos hijos de puta. A la que asome un billete para pagar una Coca-Cola, embargado!! No dejarles vivir, tenerlos acogotados, siempre vigilados, y por supuesto, libertad controlada y cohartada. No es utópico, pero como quienes deben legislar son también chorizos, dudo que lo veamos. Aunque no soy del todo pesimista.

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  3. La gracia del sistema radica en que los que tienen que censurar son los que mangan. Es como si a un ladrón le hacen ponerse la condena.

    A tragar.

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