Recién licenciado en sus ratos libres.
¿Quién no ha escuchado esto alguna vez? Incluso si tenéis una carrera la habréis oído, sobre todo para decirle que vosotros también tenéis una y podéis hablar de tú a tú.
En España, los licenciados tienen la estúpida creencia de que tienen más derechos, o que la gente tiene más obligaciones con ellos por el hecho de que se han pegado unos años estudiando una carrera. Se creen que una vez la acaben, la gente por la calle se arrodillará porque no tendrán duda de que están delante de un ser de inteligencia superior y que al final de la calle plagada de gente arrodillada, habrá una sala llena de tipos vestidos de blanco con cara de inteligentes que le conducirán a un asiento especial para seres superiores reservado para ellos desde el día en que fueron concebidos.
Bien, las cosas no son así. Por suerte.
Eso vendría a ser como si un tipo en cuanto se sacara el cinturón negro de Karate, adquiriera el poder de estrangular a la gente sin tocarla, como Darth vader en Star Wars. Si eres un tirilla y tienes un cinturón negro de Karate, eres un tirilla que se puede comer una leche igualmente. Si eres un tonto del culo y tienes una carrera, eres un tonto del culo con carrera y como tal te tratará la vida, a no ser que te folles a la persona indicada o tengas enchufe (que se te folle la persona indicada)
Lo que no tienen en cuenta es que la gente no ve que tengan un aura especial, la única diferencia es que se espera más de ellos, mucho más que del resto y la mayoría, francamente, no dan la talla.
La vida tratando a un recién licenciado.
Un tipo con una carrera de informática debe ser un experto en programar canales en una tele, reparar una tostadora y poder hacer una cara renderizada perfecta en menos de una hora con un 386 y una webcam, si no es capaz de eso, le dirán que le ha tocado la carrera en una tómbola.
Por suerte, cuando salen optan a puestos de trabajo mejores, pero en cuanto la cagan son los primeros en caer. Es frecuente ver a universitarios realizando trabajos que ellos antes consideraban reservados a seres inferiores, como barrendero o camarero. Esos son los que han fallado o ni siquiera han tenido la oportunidad. En cualquiera de los dos casos, averiguan la verdad, que una carrera es útil, sobre todo si no eres un tonto del culo.
Ignoran que mientras ellos estaban medio dormidos en la clase o aprendiendo cosas de las cuales un setenta por cien no utilizarán en la vida, su competencia futura, que serán gente que simplemente ha trabajado, les lleva unos añitos de ventaja y como no espabilen rápido se llevarán un buen revolcón.
Es solo en los momentos en los que se pregunta algo que ningún presente sabe cuando ellos pueden sacar sus plumas de pavo real y regalarse el oído con una explicación profunda sobre el tema al más puro estilo Wikipedia, con la desventaja de que la wikipedia no te tiene media hora escuchando cosas intrascendentes. Si queréis quedar bien con el tipo, preguntadle donde ha aprendido eso y os soltará la asignatura recordando que tiene una carrera, aunque cuando llegan a estas situaciones, ya se empiezan a dar cuenta de cómo es el mundo real.
He trabajado con multitud de licenciados y he visto al noventa por cien de ellos ir de patitas a la calle. Siempre siguen la senda del dolor del licenciado, la cual os explicaré en unas sencillas fases:
Fase 1-Toma de contacto. Pongamos que Carlitos acaba de fichar por una empresa de condones recién licenciado en física. Le asignarán un despacho con su teléfono y su Pc, normalmente llevan su portátil porque allí llevan sus archivos, y se situarán. Si queréis hacer algo divertido al principio con ellos, no les deis trabajo. Veréis como disimulan sin hacer nada, esperando a vete tú a saber que, esto pasa porque salen completamente domesticados de la universidad.
Fase 2- Ya veré como lo hago. Carlitos hace sus primeras gestiones, intenta lucirse haciendo un Excel para lo que sea, una sugerencia para mejorar los condones (el látex más fino en la parte de la última vuelta , por ejemplo) y empieza a cuestionar a lo loco todo lo que se ha hecho antes de que él llegara con expresiones del tipo “Es mejor así porque yo estudie que…” o “Esto se hacía así hace cincuenta años, ahora se ha descubierto que…(aquí pon lo que te apetezca)”. Aquí empieza a ganarse a pulso lo que le sucederá en el tercer paso.
Fase 3 o tu quien coño te has creído que eres. Durante las dos fases anteriores, Carlitos no se ha percatado de que a su lado había un señor mayor que no hablaba demasiado con él, en lo que no repara es que todo el mundo le habla de usted y que siempre le preguntan al señor mayor que tal le va a Carlitos. Carlitos ha empezado a proponer mejoras y a tomar decisiones arriesgadas que todavía no han dado sus frutos, ya que Carlitos ha pensado a largo plazo porque piensa que su palabra es la de la sabiduría y no se ha molestado en explicarle a los demás sus decisiones. Es en este momento cuando el señor mayor saca la navaja y le mueve la silla, empieza a cuestionar sus decisiones y Carlitos se da cuenta de quien tiene al lado es el tipo que lleva todo, lo de Carlitos, lo del jefe y lo que salga. Se rumorea en la máquina del café que el tipo de al lado le ganó al trivial a Stephen Hawking. El tipode al lado le suelta lo de que tu quien coño te has creído que eres y Carlitos toca el suelo con los pies por primera vez desde que le pusieron el birrete. Es a partir de ahí donde se decidirá la vida de Carlitos, aunque todavía no lo sepa.
El señor de al lado a punto de merendarse a otro licenciado y van treinta.
Fase 4 o final round. Llegado este punto, Carlitos reza cada mañana para que sus decisiones den frutos o tiene claro que va a tener problemas. Si lo ha hecho bien, sigue, si no, su crédito quedará seriamente dañado y es cuestión de días de que vaya a la cola del paro. Si lo ha hecho bien (+- 10%), sobrevivirá y entrará en la dinámica normal de trabajo de una empresa, donde se tiene que demostrar cada día lo bueno que es uno mismo. Si no le han ido bien las cosas o el señor de al lado se ha apropiado de sus ideas, Carlitos empezará a hibernar, empezará a hacer cosas que nadie sabe y acabará despidiéndose de la gente de la empresa con un email “Para: Todos menos el señor de al lado” y “Asunto: Gracias por todo” que ahora están muy de moda.
Lo bueno es que ese diez por cien, algunos llegan a la conjunción conocimientos/picardía que todo el mundo querría tener y todos los universitarios que no han sido despedidos creen tener.
Al final, te da cierta pena ver este proceso, unos porque se van a la calle siendo a veces buenos chavales y te da cierta pena. Otros todavía peor, se quedan pero pierden la inocencia y la ilusión con la que llegan, de una hostia se dan cuenta de cómo es el mundo real.
La vida es dura…
El post lleva mala leche en grado supino, pero también una gran carga de verdad. El problema no es Carlitos, ni su título. El problema es una Universidad alejada de todo y de todos, en manos de profesores y catedráticos que jamás han pisado el terreno de la empresa privada.
ResponderEliminarEl licenciado sale sabiendo lo que le han enseñado, y es una máquina de estudiar y aprobar. Nada más. Siempre he pensado que el título exime al licenciado del primer psicotécnico nada más, que es el destinado a saber si el pollo aspirantees capaz de asimilar lo que tiene que aprender para rendir.
Las carreras de los "Carlitos" dependen luego como bien dices de que no se lo crean demasiado, y de que el tío de al lado no sea realmente un hijo de puta.
Tremendo post.
Yo creo que el problema es la formación que les dan y como les inflan la cabeza.
ResponderEliminarPierden la perspectiva de la realidad y la mala leche es para hacer entender lo que pretendo explicar, muhca veces exagernado se capta mejor.