En una parte de la biblia, no me digáis en cual, aparece una cita curiosa.
Cuenta que el hombre y la mujer eran muy diferentes de carácter, cosa que les llevaba discutir constantemente. La mujer solo hacía que decir que no le pasaba nada y volvía loco al hombre.
Dios en su sabiduría (aunque ese día no estaba fino) decidió que el problema estaba en los pezones. El hombre siempre miraba a la mujer las tetas y ella se sentía molesta. Dios decidió ponerles pezones a los tíos para evitar el problema. En vez de tener hombres y mujeres, quería minimizar las diferencias y tener solo humanos.
La mujer al verle los pezones se descojonó de risa y la situación empeoró. Dios decidió que mejor que se arreglaran solos, dejó ahí el tema y se fue a crear ornitorrincos (como ya he dicho, tenía un día malo).
Tropecientos años después en España no han aprendido esa lección.
Los seres humanos no son como Mister Potato, no cambian si les añades cosas.
Si a un hombre le pones pezones igual que a una mujer, no tienes humanos solamente, tienes mujeres y hombres con pezones.
Si a un catalán o a un vasco les exiges que hablen un mismo idioma, solo tendrás un catalán y un vasco cabreado, nunca dos españoles.