lunes, 8 de marzo de 2010

Dieta de supervivencia

Tierno infante devorado por palomas hambrientas.
Hoy a las cinco de la mañana me he levantado y he visto como llovía. He meado como es menester y me he vuelto a la cama a disfrutar de mis veinte minutos de oro antes de levantarme para salir de casa.

Cuando iba de camino al trabajo, la lluvia se ha transformado en nieve, que ahora (las ocho) acaba de dejar de caer. Mi mujer ha dicho que comprara pan por si acaso, pero curiosamente no me ha dicho que comprara nada para rellenar.

Tengo muy claro cuál era su plan. Ella ha rezado para que nevara mucho y quedáramos aislados. Lleva madurando un plan hace tiempo y hoy podía tocar la flauta. Los e aunque no me lo haya dicho.

Su plan constaba en deshacerse de los vecinos indeseables y no hay mejor excusa para matar que la supervivencia. Ni que decir cabe que le ayudaré encantado.

Seguro que tenía pensado empezar por los de arriba, los que no pueden subir al Dragón Kan porque no dan la altura y les gusta el reggaetón. Los de al lado son sus paisanos, pero como se comportan como personas, pueden dormir tranquilos sin temer el cuchillo jamonero de mi mujer.
Calculamos que con los diez o doce que hay arriba, tenemos para comer un par de semanas invitando. Son bajitos pero fondones, y tenemos la creencia que las mujeres si se quitan el tejano, se multiplican por cuatro, eso es mucho embutido.

Los siguientes serán los de las obras perpetuas. No sé qué cojones están haciendo los hijos de la grandísima puta, pero llevan siete años picando. Si han hecho un túnel, seguro que llega a Rumanía, porque al ritmo que van y el jaleo que montan, les ha dado tiempo seguro.

Para el tema de los primeros platos, tenemos un porrón de abuelos flacos que están en el tiempo añadido. Alguno de ellos es extremadamente desagradable, por lo que se han ganado un rinconcito en el corazón de mi mujer. Sin duda tenemos sopa para tiempo largo, porque para servir en filetes, no valen.
Carne para meses.

Para postre durante unos días tenemos a una señora de esas que se parece a su perro. Son igual de gordos, van vestidos con la misma bata y tienen la misma cara. La gran diferencia está en las gafas llenas de mierda que lleva la señora y que parece ser que es capaz de no mearse por la calle. Pastel de carne a dojo. Al perro nos lo cargaremos por vicio, todo el vecindario le tiene ganas.

Los chinos del cuarto sin duda colaborarán encantados, ya que regentan un restaurante de esos de congeladores grandes y en los que desaparecen mascotas en los alrededores.

El gran problema es el vecino de arriba. Un girado de esos que viven solo y van en bici a trabajar. Yo a ese individuo lo catalogo como sospechoso estándar de delitos sexuales cometidos en un radio de cien kilómetros, que es lo que alarga el tipo con la bici. Es tremendamente feo y muy pausado. Cuando paso por su lado le pongo malas caras, ya que es evidente que acabará sodomizado en una cárcel. Doy por hecho que en breve yo seré de los que salga en España directo diciendo que esto se veía venir.

Al final ha parado de nevar y todo se ha ido al traste. Seguiremos puliendo el plan.
Pero tranquilos, hay días como churros y un año de estos no se podrá salir a la calle.

Cuando ese día llegue, estáis invitados a comer.

5 comentarios:

  1. y si se te acaban ven a buscar a los míos!

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  2. Ya invitarás. Nosotros traemos más pan.

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  3. Yo pongo la bebida.

    Saludos.

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  4. quieres decir que a ese tipo le quedan fuerzas para violar a alguien pegándose esos panzones en la bici?

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  5. ay como andamos......jauroles lleva un poco de vodka!

    salu2 ;)

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