domingo, 29 de enero de 2012

El chucuchú del tren

El otro día estaba viendo esta noticia y se me revolvieron las tripas. Se reclama que se mantenga una frecuencia de trenes en una línea en la que va una media de 28,5 personas por viaje. En teoría lo quieren bajar a la mitad más o menos, para que vayan unas cincuenta personas en cada viaje.

Cosas como esta son una de las causas de nuestra situación.

Que la gente que se queje, tiene huevos. Si cada dos viajes te llenan un autobús ¿cómo coño quieres mantener un tren? Poneos un autocar, cojones y dejaos de tonterías.

Yo tengo claro que la gente del campo tiene privilegios estructurales que no se pueden mantener. Subvenciones, ayudas, estructuras deficitarias…

Estos como mínimo viven en una C.A. que no tiene déficit, pero los de sitios como Castilla o Extremadura, tiene tela. Yo tengo claro que estas zonas son lo que son, no cambiarán porque les pongas un tren, un aeropuerto o siete mercadonas, es una creencia estúpida. Así solo se hacen agujeros negros como Valencia.

Desde aquí decir a los que suben a trenes con diez pasajeros, los que suben al avión con diez pasajeros, los subvencionados por mirar los olivos una cosa:

No tengo nada contra vosotros, pero espero que se os acabe pronto, que salís más caros que un hijo tonto. Ojalá se os acabe pronto el chollo, cabrones.

lunes, 23 de enero de 2012

Tiesoporra 20012


El año que ha pasado sin que publicara ha sido de lo más interesante, aunque lo más curioso ha sido los que están cayendo. La han palmado Gadafi , Kim Jonq-il, Fraga y Chavez está a puntito de caramelo… Son los frikis mas poderosos de la tierra.

Pronostico dos personas más para que la palmen y una sorpresa para este año. La palmará la Duquesa de Alba (mas bien confirmarán que ya está muerta) y caerá Sara Montiel. La gran sorpresa será Isabel Pantoja, la Chewakka de Sevilla. Por ganas, José Tomás de una cornada sería la bomba.

Por el tema de drogas Charlie Sheen parece una apuesta segura y Pete Doherty también huele a tierra, ya está medio desaparecido.

Hagan sus apuestas…

domingo, 4 de septiembre de 2011

Pezones y lenguas

Pezones que miran al infierno

En una parte de la biblia, no me digáis en cual, aparece una cita curiosa.

Cuenta que el hombre y la mujer eran muy diferentes de carácter, cosa que les llevaba discutir constantemente. La mujer solo hacía que decir que no le pasaba nada y volvía loco al hombre.

Dios en su sabiduría (aunque ese día no estaba fino) decidió que el problema estaba en los pezones. El hombre siempre miraba a la mujer las tetas y ella se sentía molesta. Dios decidió ponerles pezones a los tíos para evitar el problema. En vez de tener hombres y mujeres, quería minimizar las diferencias y tener solo humanos.
La mujer al verle los pezones se descojonó de risa y la situación empeoró. Dios decidió que mejor que se arreglaran solos, dejó ahí el tema y se fue a crear ornitorrincos (como ya he dicho, tenía un día malo).

Tropecientos años después en España no han aprendido esa lección.
Los seres humanos no son como Mister Potato, no cambian si les añades cosas.

Si a un hombre le pones pezones igual que a una mujer, no tienes humanos solamente, tienes mujeres y hombres con pezones.

Si a un catalán o a un vasco les exiges que hablen un mismo idioma, solo tendrás un catalán y un vasco cabreado, nunca dos españoles.

jueves, 25 de agosto de 2011

Reivindiquémonos



Yo nací en el 72 y crecí en los ochenta, como dice la canción de El Reno Renardo. Se ha mitificado mucho todo lo relacionado con esa época aunque no era para tanto.

Personalmente creo que los dibujos de entonces eran un mierdón de cuidado. Marco, Heidi, comando G y demás eran una puta mierda. Quien no se lo crea, que se ponga unos capítulos, a ver cuánto rato aguanta.

Los de esa generación nos deberíamos reivindicar con orgullo. Somos supervivientes de los niños estúpidos cantarines y los precursores de los perroflauta. Rosa León, María Jesús y su acordeón, Los parchis, Enrique y Ana… Auténticas torturas.


Como buenos supervivientes de ese bombardeo subnormalesco, deberíamos tener algo que nos identificara que no fueran las tristes camisetas de dibujos animados del Zara. Yo optaría por un peinado.

Viendo la moda escobilla de wáter propia de los dieciséis años o retrasados como Neymar, yo iría al negativo, usaría el peinado del payaso de los Simpson o en Keith Flint.
El peinado se integraría bien en nuestros melones, ya que se nos empieza a ver el cartón y se le podría llamar el peinado Mazinger Z, ya que recuerda a los alerones que tenía el robot en la cabeza.

No me digais que no mola.

El peinado Mazinger Z sería propio de la gente que se metió en hipotecas de llorar, son pobres, pero no suelen vivir en casa de sus padres como los peloescobilla de dieciséis años. Tenemos experiencia en la vida, no llevamos chándal del ejército y vendimos la variant hace muchos años.
Somos de antes de los perroflautas, de antes de crepúsculo y de antes de la anorexia. No acabaron con nosotros los poemas de Gloria Fuerte, las canciones de Torrebruno ni el noche de fiesta de vedettes como la Norma Duval. Seguimos vivos y nadie puede con nosotros.


Cuarentones en ciernes, reivindiquémonos.

lunes, 15 de agosto de 2011

Hola

Ha pasado tanto tiempo, que parece que nunca haya estado aquí.

A partir de aquí podría escribir el típico rollo de post que sirve para intentar volver a coger el hilo que la mayoría de gente nunca vuelve a coger, pero yo no voy escribir ese post.

Solo diré que quiero escribir un post a la semana, por los viejos tiempos, por lo bien que me lo he pasado escribiendo, porque cuando no escribo nada, me siento fofo, pansido y lacio.

Me he dejado muchas cosas que contar. Que me compré una casa, que me intentaron regatear incluso con las llaves en la mano, que me ascendieron otra vez, qu aprendí a hacer barbacoas mortales, que fui a una boda de un tipo de la SGAE con gente disfrazada de nazis, toreros y moros…

Pero lo pasado, pasado está. Vuelvo para bien o para mal. Esta vez será menos personal.

Pero será.

sábado, 8 de enero de 2011

El club de las esposas perfectas


El barrio en el que vivo ahora se divide en dos categorías, el de los abuelos tomadiezcentimos y los matrimonios rubiamechas.

Un vecino como este haría más divertido el barrio

El nombre es esclarecedor, pero si os lo explico un poco mas mejor. Esta casa pertenecía a una abuela centenaria, de esas que le dan diez céntimos a los nietos de cuarenta años cuando las van a ver. El barrio está petado de abuelos de los que te dicen bondieee (buenos días) o deuvusguaaar (en castellano viene a ser que dios te guarde, en según qué zonas se utiliza bastante). Son los abuelos forrados, de esos que preguntan cuánto vale algo y ya llevan contado en la mano lo que les respondas. Estos de aquí están en su mayoría forrados. El único que conozco tiene tres o cuatro naves industriales alquiladas que yo sepa.

Por otra parte están las rubiamechas con sus maridos. Las mujeres siempre van elegantes, pero informales y sus maridos llevan gafas. Todos sacan a pasear a su perro en algún momento del día, porque todos tienen perro y los domingos por la mañana todos van a comprar el pan en chándal.

El primer sábado que me desperté aquí me levanté para ver cómo estaba el patio, había llovido y quería ver si los desagües iban bien. Miré a mi alrededor y vi a varios tipos con batín de playboy haciendo lo mismo que yo en sus patios.

Es cuestión de tiempo que me borden la letra escarlata, pero me la pela, lo que nunca conseguiría es ser como ellos.

Seguiremos contando.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Ya estamos


Ya estamos. Después de negociar con inmobiliarias, con unos cuantos musulmanes, espero que de esos que se ponen dinamita en el chaleco y lidiar con un abuelo subnormal que quería clavarme, ya tenemos la casa.

Me consta que cuando me largué, los vecinos de arriba hicieron una fiesta, a partir de ahí podían hacer fiestas sin temor a que nadie llamara a la poli. Celebraron el tema haciendo una lluvia dorada a los de los pisos de abajo.

Esperé un tiempo prudencial en un piso gentileza de Mr. Celofán que según mi hijo se había ganado haciéndole un traje de saliva a una pervertida abuela octogenaria. Se estaba bien, aunque al estar esperando otra mudanza, dejamos todo encajado el mayor tiempo posible. El piso del castigador de ancianas parecía el almacén de Indiana Jones.

La abuela que según la leyenda le regaló un piso Mr. Celofán a a cambio de rellenarle la baticueva.

Teníamos pactada una fecha de firma con los vendedores setenta y cinco días después. El día de la firma, todo fue como la seda excepto en un detalle, que el abuelo no me quería dar las llaves. Agarró el cheque al vuelo y me decía que ya me avisaría cuando se largara. Yo le dije que por supuesto, pero que ya le decía yo cuando se largaba, al día siguiente por la mañana, tal y como se había pactado hacía dos meses.

Viendo el percal, la notaria que estaba buena aunque requetepreñada, se largo haciendo gala de su sabiduría. El abuelo insistió en que se quedaba en su casa, que se iría cuando considerara oportuno, yo le respondí que por supuesto, que siempre que considerara oportuno largarse antes de las cuatro y porque había una abuela de noventa y nueve años. La cosa se puso tensa y el abuelo se puso chulo, le dije que si seguía no entraba a la casa para ni para recoger sus pañales de incontinencia y al final se bajó del burro.

La cosa es que todo salió como se pactó y ya vivimos en la casa. En el siguiente capítulo os explicaré las peculiaridades del barrio, que hace que me recuerde a la película del club de las esposas perfectas.