martes, 22 de junio de 2010

San Juan

John Locke antes de la fiesta que le dejaría calvo y paralítico. La cara del niño de la izquierda es de acojone.

Estoy encañonando una semana de vacaciones. Viendo las entradas del blog me doy cuenta que trabajo menos que el chapista de Mazinguer Z, pero bueno, es lo que hay.
No voy a irme a Mallorca a montarme en un velero con zorras a las que les queda de muerte el tanga como los del anuncio de Estrella. Tampoco voy a vestirme de blanco a saltar hogueras en la playa como si fuera un capullo de anuncio. Me quedo en casa. Colgaré un par de estanterías y veré alguna peli.

Intentaré hacer algo creativo. Un cuento o algo por el estilo, pero no prometo nada. Estoy bajo mínimos y aunque mis queridas pastillas me están empezando a funcionar, todavía están en rodaje. No han desarrollado todo su potencial, aunque veo muestras de su poder.

Hoy en el trabajo me he imaginado que pillaban al encargado y lo metían en una tienda de campaña llena de tipos con traje de guerra bacteriológica en plan ET y me he descojonado de risa yo solo, sobre todo cuando me lo imaginaba volando delante de la luna en la cesta de una bici conducida por una abuela que trabaja allí. Este tipo de visiones son propias de las pastillas. Se me saltaban las lágrimas de la risa, pero ha estado bien. El día que vea cerdos de colores volando, me callaré como una puta. Veremos a ver hasta dónde llega esto.

En fin, que os vaya bien San Juan.

1 comentario:

  1. ¡¡Joder!! a mi lo que me tiene intrigadísimo es lo que le provoca semejante euforia a John....¿Quien actuaba? ¿Bustamante?
    Por otra parte, supongo que con el recorte en marcha te habrán dado las pastillas contadas, ...que abusar es malo.

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