Volvemos

El rincón de los abortos de peluche de casa.

Ha sido un verano interesante. En contra de lo que creía que me esperaba, un verano rascándome las pelotas, contemplando cómo me crecía el poco pelo que me queda, me he metido en un berenjenal tremendo. Lejos de amedrentarnos por la crisis, nos hemos puesto a vender el piso en el que vivimos y nos disponemos a comprar una mansión propia de los Monsters, con dos cojones.

Lo que más me llamaba la atención de todo esto era topar con el sector de las inmobiliarias, famoso por su capacidad para negociar y su poca ética. Me apetecía regatear, comparar e investigar precios, todo el mundo que conozco lo ha hecho alguna vez y me apetecía medirme con las famosas rémoras del sector inmobiliario.

En el tema de las negociaciones, es brutal lo que puede cambiar una frase, he entrado a negociar una casa y en menos de media hora he regateado 18000 euros sin hacer ninguna oferta. Creo que si me pongo en serio me compro una casa por tres cuartas partes del precio que piden y me llevo cuatro vírgenes de regalo. Es asombroso como se baja la gente los pantalones.

Pero lo más divertido es ver las visitas que te vienen a ver el piso. Curiosamente no ha venido ninguna pareja de jovencitos para hacer su nido de amor, o sea su picadero. Divorciados sangrados por sus ex mujeres, inversores con cara de panolis con móvil en cojonera, abuelos que se acaban de casar con una dominicana y padres que quieren perder de vista a sus hijos a cualquier precio son los que vienen por aquí. El más curioso un tipo que vino con sus padres que pasaba los ciento cincuenta kilos y entraba justo por las puertas con varios piercings. Todavía no he conseguido descifrar nada de lo que dijo.

Os contaré como queda la cosa ¿Cómo os han ido las vacaciones?

Próximamente repaso de las vacaciones.