domingo, 17 de enero de 2010

El clan de las suegras temerosas

Empiezo a recuperar el habla después de las navidades. Empiezo a pensar con cierta claridad, parece que baja el colesterol y la sangre empieza a llegarme al cerebro en cantidades razonables, se me estaba poniendo la cabeza blanca y todo.

Parece ser que no he sido el único en tener secuelas. Mi cuñado pretende enviar un burofax a mi suegra para que frene con lo de la comida, porque lo de este año ha sido terrible.

Coche de un excuñado cabroncete. Una suegra temerosa fue la responsable.

Poca gente conoce el ritual de primeros de diciembre de las suegras temerosas, club selecto al que pertenecen no pocas madres. No llevan ningún distintivo ni tatuaje, pero todas hacen algo en común llegada la navidad, solo por eso las reconoceréis. En apariencia son señoras normales, cosen los bajos de los pantalones, hacen sopas cojonudas y sonríen a menudo. Solo se las puede distinguir por participar en el ritual secreto y en la caza.

El ritual secreto consiste en vestirse con cañas y bailar en el bosque, la procesión de las suegras cazadoras empieza. Caminan descalzas sobre la nieve y tienen un único objetivo común: Matar a un nuero de un empacho. En el momento en el que una de ellas consigue matar a uno de sus nueros de un empacho, dejan de obligar de comer a la familia, avisan a las demás y saben que toda la comunidad de suegras temerosas tendrán grandes ventajas. Se podrán colar al ir a comprar, no se pincharán con la aguja al coser y sus nietos crecerán sanos, aunque uno de ellos sin padre.

La danza de las suegras temerosas. El fotógrafo fue empalado por revelar el secreto.

Mi suegra, cuando falta un mes para navidad, empieza a afilar palos. Ella no va a la tienda a comprar carne, ella lo caza, eso del mercado es para mariconas. Elige al azar una zona del mapa donde haya fauna en abundancia, se pinta la cara y se dirige hacia allí con su armamento. No se descuida su costurero para las heridas ni un par de ollas para ir cocinando algo.

Tres días después, mi suegro va a un punto acordado previamente. Con el tiempo se ha acostumbrado a ver salir de las matas a mi suegra irreconocible, rebozada de sangre y barro, guía a mi suegro por angostos caminos hasta la montaña de carne para navidad. En los descansos de la caza teje ropa interior y calcetines para regalar en reyes. Cuando llega a su casa, sobre el veinte de diciembre se pasa dos días durmiendo para recuperar fuerzas.

Cuando se despierta empieza a cocinar. Debe haber un mínimo de siete animales y un máximo de doce, trescientos kilos de carne para tres comidas de siete personas. Con las pieles de los animales muertos se puede vestir a dos familias de gordos.

Llegada la fecha, empieza a poner comida, primero los entrantes, después el primer plato, el segundo y los dos postres. Omitiré detalles, solo os diré que cuando salimos lloramos grasa y masticamos el aliento. Es físicamente imposible comer en un periodo de siete horas.

Exterminador de suegras temerosas. Fue troceado y cocinado por varias jubiladas.

La historia de la caza debe ser cierta, solo así se puede explicar su insistencia para que comamos y no nos dejemos nada.

Yo le he cogido el truco, en el momento que empieza a insistir, me acojo a la clausula de paridad, una antigua costumbre de la familia que dice que solo se puede pedir algo a alguien que esté dispuesto a hacer lo mismo que pide. Esta clausula ha estado presente en muchas reuniones familiares. Mi suegra y yo tenemos pendiente correr la cursa de Barcelona. Hace tiempo que me acogí a la clausula y lo tenemos pendiente. Con la comida es igual, yo solo me cómo lo mismo que ella está dispuesta a comer. Llegada la ingestión de cien kilos de carne, me acojo a la clausula y ella debe comer todo lo que yo coma si ella me lo exige.
Yo peso ochenta kilos, ella entre sesenta y setenta, por lo que llegada la clausula ya estoy tranquilo. Por desgracia para mi cuñado no conoce demasiado bien el idioma y por extensión la clausula, por lo que creo que ya ha visto el pasillo de luz propio de los moribundos varias veces.

En fin, que parece ser que la cosa está salvada hasta el año que viene.

6 comentarios:

  1. Tengo la suerte de digerir con velocidad, así que me ausento tras el segundo plato durante 2 minutos, vacío el vientre, y vuelvo a comer como si nada.

    Soy la pesadilla de una suegra matanueros!

    ResponderEliminar
  2. ¿Hay alguna forma más a parte del ritual secreto ese y de la caza de saber si la madre de tu novia, antes de que se convierta en tu suegra, pertenece a este clan?

    Estoy bastante preocupado por el tema.

    ResponderEliminar
  3. Alex, te envidio.

    Chasky solo lo sabras si pillas al marido a solas y lo emborrachas.

    ResponderEliminar
  4. pues la mia debe ser especialista en la caza del conejo. La de conejos que puede llega a freir esa mujer al año!!

    ResponderEliminar
  5. querido deferiensia, le ruego en nombre de mi oftalmólogo que ponga un fondo blanco o me quedo ciega. esto es como ver la porno del plus en versión blog. suya afectadísima, purificaçao.

    ResponderEliminar
  6. Tomo nota, el fin de semana retoco fondo.

    ResponderEliminar